¿Eres de esas personas que prefieren unas vacaciones diferentes visitando tranquilamente los lugares más icónicos en vez de contratar paquetes turísticos y salir de fiesta antes de irte? Tenemos la ciudad perfecta para ti.
Últimamente hemos podido observar una nueva tendencia en el mundo del turismo. Mientras que muchas empresas han estado obsesionadas con la idea de atraer a los viajeros millennials con destinos modernos, caóticos y frenéticos, hay un creciente grupo de personas para quienes esto no es necesariamente tan atractivo.
A veces, simplemente quieres ir con calma y tomarte tu tiempo para descubrir cómo es el estilo de vida del sitio al que viajas, incluso en algunos casos te apetece unirte a actividades grupales: una noche de retos, knitting o probar la gastronomía local. O quizá lo único que quieres es desconectar del ajetreo de la ciudad y pasar la tarde visitando una galería de arte o disfrutando de un picnic en el parque.
Teniendo esto en cuenta, hemos creado una lista de ciudades que son perfectas para ti. Prepárate un té, siéntate y déjate sorprender por estos lugares tan acogedores.
Playas escondidas y knitting – Edimburgo, Escocia
Comenzamos por la capital escocesa, que, a pesar de parecer un destino para turistas estadounidenses, sigue siendo un lugar impresionante y muy pintoresco.
El barrio de Stockbridge resulta ser un asombroso laberinto de calles empedradas en las que perderse. Hay pequeñas cafeterías y lugares en los que admirar joyas, galerías, alfarerías y otros productos. ¡Cada paso que des te descubrirá un rincón muy Instagrameable! Los domingos hay un mercado de agricultores y podrás ver bonitas casas de estilo georgiano, en las que te encantaría vivir, un sueño bonito, ¿verdad?
Respira aire puro caminando hasta Arthur’s Seat, yendo a Inverleith Park (con un reloj de sol para esos días en los que no llueve en Escocia), o caminando por la playa de Portobello. Es extraño que tan poca gente recuerde que Edimburgo es una ciudad costera, por lo que pocos turistas aprovechan para visitar sus playas. Tú, por supuesto, ¡llevas ventaja!
Cuando necesites descansar, hay tantos sitios donde poder relajarse que es difícil saber por dónde empezar. ¿Qué tal el Twelve Triangles? Están presentes en tres locales diferentes, cada uno de las cuales vende panes recién horneados, artesanales o de masa madre, y deliciosos pasteles y rosquillas, junto con una amplia variedad de cafés. Además, es uno de los pocos lugares de la ciudad que no tiene wifi, por lo que puedes desconectar por completo.
La sala de cine Cameo es una de los más antiguas del país y está especializada en películas extranjeras y artísticas, aunque también vale la pena ir para simplemente pasar el rato, tumbarse en uno de los sofás y disfrutar del art decó. No podemos no mencionar el club Sofi’s, un gran lugar para conocer gente nueva con una amplia variedad de actividades como knitting, noches de cine, mercados de ropa vintage e incluso días en los que podrás llevar a tu perro.
Arte en el corazón del mercado del agricultor: Knoxville, Tennessee, EEUU
Aunque hay ciudades más famosas que Tennessee como Nashville o Memphis, ninguna de ellas tiene una arquitectura tan llamativa, mezclando el estilo victoriano y la naturaleza, como en las impresionantes Great Smoky Mountains.
Tiene todo lo que se puede esperar de una ciudad (con alrededor de 185.000 personas), sin dejar de ser acogedora. De hecho, en el centro de la ciudad puedes encontrarte con muchos eventos a los que te puedes unir. Old City Knoxville es el área de ocio, rica en arquitectura e historia. También es el lugar ideal para comer y beber: hay desde cafeterías y pubs irlandeses y escoceses hasta pizzerías y puestos de hot dogs al estilo Chicago. Por la noche, The Old city se convierte en el centro de la música independiente de Knoxville, con música en vivo, tanto en la calle como en los pubs y bares.
El mercado de agricultores se celebra dos veces por semana y se ubica en Market Square. Es una de esas cosas que nunca nos cansaremos de recomendar si viajas allí. Los productos frescos tienen gran importancia para muchas de las empresas de esta ciudad; por ejemplo, en The Tomato Head, donde todo se hace artesanalmente, incluso el pan de sandwich, y French Market Creperie, donde la masa de crepes se hace con harina francesa importada. Muchos de estos lugares también cuentan con un espacio para la actuación de artistas locales o para noches de poesía.
Si prefieres actividades al aire libre, puedes pasear por el Ijams Nature Center, con senderos pintorescos, pasarelas a lo largo del río y una cervecería al aire libre, o ir de senderismo a Great Smoky Mountains. Si prefieres una manera diferente y más vintage de ver la ciudad, también puedes hacerlo montado en el tren de vapor (el Three Rivers Rambler), o incluso en un barco de vapor. El barco “Star of Knoxville” realiza recorridos turísticos e históricos a lo largo del río Tennessee.
Donde los edificios parecen tener ojos – Sibiu, Rumanía
¿Dónde? Fue la Capital Europea de la Cultura en 2007 y, según Forbes, el octavo lugar más idílico para vivir en Europa. No es una gran ciudad, pues cuenta con alrededor de 150.000 habitantes, pero es el sitio perfecto cuando hablamos de encanto y tranquilidad. Es un lugar ideal para caminar a todas partes y a ninguna a la vez. El casco antiguo está dividido en tres plazas, cada una con su propio estilo, y las murallas y torres de la ciudad son un recordatorio de que fue una vez una de las ciudades más poderosas de toda Europa. Quizá esa época ya pasó, pero aún hay elementos que permanecen para recordarnos lo que en su día fue.
La ciudad en sí es una mezcla entre el estilo germánico y el románico; destaca una cultura anclada a las cafeterías, donde desarrollar la creatividad. Un paseo por la ciudad puede revelarte una arquitectura sólida, músicos y artistas callejeros y pintores.
Si tienes la oportunidad, también puedes acudir a dos museos un tanto peculiares. El Museo de Caza August von Spiess podría no ser del gusto de todos, pero tiene una colección de taxidermia inigualable (y también un estanque lleno de tortugas). En una casa gótica (que solía ser una farmacia llamada The Black Bear) está ubicado un museo de remedios dedicado a Samuel Hahnemann, ahora considerado el padre de la homeopatía.
Entre explorar la ciudad y tomarte un café (o un vino si es lo que te apetece), puedes poner a prueba tu honestidad en Liar’s Bridge. Piensa en la mentira más grande que puedas y dila en alto. Según la leyenda, el puente puede oír mentiras y empezará a chirriar y temblar si alguien dice una mientras lo cruza.
Por último, intenta no distraerte con los techos de los edificios del centro. En serio, si aún no entiendes por qué lo digo, ¡búscalo en Google!
Cuentos de hadas y bosques – Hannover, Alemania
La capital de la región alemana de Baja Sajonia es una de las ciudades más tranquilas y verdes que jamás verás, un lugar de aprendizaje, cuya familia real ha proporcionado al Reino Unido seis monarcas, desde George I hasta Victoria. El orgullo de la ciudad recae en sus jardines y parques, con los jardines Herrenhäuser como la joya de la corona.
Esta colección de espacios verdes incluye, entre otras cosas, un invernadero de naranjos, un jardín de hierbas aromáticas, invernaderos, una casa de orquídeas, un laberinto de setos y una amplia selección de estatuas, edificios y fuentes del siglo XVII.
El Eilenriede Park en el centro de la ciudad es dos veces más grande que el Central Park de Nueva York y está a solo diez minutos a pie de la estación central de tren. Parace más un bosque que un parque y es el hogar de ciervos, martas, liebres y otros animales. También puedes ir al Maschsee, un lago artificial de 78 hectáreas en el centro de la ciudad donde, incluso si no eres muy fan del deporte, puedes disfrutar paseando por su orilla y disfrutar del arte que allí se exhibe.
Hannover es también el hogar de una magnífica colección de edificios históricos y otros elementos de interés cultural. Tanto el antiguo como el nuevo ayuntamiento son preciosos: los ladrillos rojos del siglo XV, el majestuoso palacio y algunos grandes museos. El Luftfahrtmuseum es una pequeña y maravillosa colección iniciada por un entusiasta de la aviación después de haber rescatado Junkers estrellados del fondo de un lago del Círculo Polar Ártico. El museo ahora tiene 36 aviones y cientos de modelos.
Si lo tuyo es el arte, el Museo Sprengel tiene una de las mejores colecciones de arte moderno de Europa, con piezas de Picasso, Paul Klee, Andy Warhol y Max Ernst y, para los amantes de la historia, el Museo Historisches echa la vista atrás al complejo pasado de Hannover.
Un nuevo amante en el paraíso de la gastronomía – Auckland, Nueva Zelanda
Auckland se ha ganado la reputación de ser el paraíso para los amantes de la comida con una excelente selección de restaurantes y bares. Por supuesto, los turistas también visitan el puerto, admiran el paisaje montañoso que lo rodea y disfrutan con su gente amable, pero igualmente merece la pena dar la vuelta al mundo solo por los sabores de esta ciudad tan Kiwi. Tanto Sydney como Melbourne se han establecido como potencias gastronómicas, pero Auckland pronto podría convertirse en una digna rival de ambas.
Si vas al moderno barrio de Ponsonby, podrás visitar desde lugares como Orphan’s Kitchen, con platos que hacen referencia a la cocina maorí tradicional y un patio al aire libre desde el que los comensales pueden ver las impresionantes puestas de sol, a sitios como The Blue Breeze, un choque cultural entre sabores de China y del Pacífico (sabores picantes y cócteles hechos con ron). Prego saciará tus antojos italianos, Saan es ideal para degustar streetfod de Tailandia y Miss Moonshine sirve carne de origen local: bistec, cerdo desmenuzado y la clásica barbacoa americana.
Frutas, verduras, miel, pan fresco, pasta fresca, embutidos, aceites de oliva, tés, cafés y chocolate están disponibles en el mercado francés La Cigale del histórico barrio de Parnell. ¿Por qué no llenar la cesta e ir a One Tree Hill y a la zona de Cornwall Park para disfrutar de un picnic o una barbacoa? Hay senderos para caminar, juegos infantiles y hasta puedes ver cómo comienza un partido de cricket.
Por otra parte, puedes descubrir un país famoso por sus paisajes, el aire puro y las playas, yendo a alguno de los parques regionales cercanos. El Parque Regional de Tawharanui se encuentra a poca distancia de la ciudad, aproximadamente a una hora y media en coche, pero merece la pena. Los humedales, las playas de arena blanca y las olas te despertarán el apetito antes de volver a la ciudad para disfrutar de la gastronomía del lugar. Simplemente perfecto.
Mercadillos y moda – Viena, Austria
¿Es Viena el primer lugar en el que piensas cuando se trata de moda? Posiblemente no, pero esta elegante ciudad es el hogar de una fantástica variedad de tiendas que venden tanto ropa de segunda mano como ropa nueva basada en diseños de fin de siglo y de los años 50 y 60.
Podrías pasar días y días en sus mercados, tiendas y boutiques en busca de una ganga o una prenda de vestir, algunas joyas o zapatos que realmente no encontrarás en ningún otro lado.
Conoce lugares como Bootik 54, una tienda en la que a veces tienen ofertas con las que venden ropa al peso (10€ por kilo). En cambio, en la tienda Polyklamott cuentan con expertos en moda vintage y estudiantes de moda y está especializada en prendas exclusivas; la calidad, no la cantidad, es su máxima.
Si no sólo buscas ropa, también hay muchos sitios en los que hacen muebles y objetos de artesanía. Design 1900 – 2000 sólo está abierto durante cuatro horas los sábados, pero es el lugar ideal para encontrar lámparas de los años cincuenta, muebles art decó y arte gráfico de fin de siglo. Carla es un almacén con una amplia gama de antigüedades como juguetes e instrumentos musicales, además de ropa y muebles.
Para todo lo demás, desde una cabeza de alce disecada hasta un paraguas antiguo y una funda de saxofón, el legendario mercado de Naschmarkt es uno de los más famosos de Viena. Todos los sábados a partir de las 6.30 de la mañana más de 400 comerciantes llegan hasta allí para vender sus productos. Da igual lo que estés buscando, reserva algo de sitio en tu equipaje. ¡Nadie se va de Viena con las manos vacías!
Socializar en Escandinavia – Gotemburgo, Suecia
Gotemburgo es heavy metal, no sólo musicalmente hablando, sino por su industria (Volvo, principalmente), que aporta un toque único a la ciudad. Puedes distinguir sus puentes, chimeneas y grúas como si fueran rascacielos, pero también es una ciudad muy ecológica y verde.
Está lo suficientemente preparada como para poder ir caminando a prácticamente cualquier lugar dentro de la ciudad y si necesitas ir más allá puedes usar bicicletas de alquiler (entre marzo y diciembre, los viajes de hasta 30 minutos son gratuitos). También puedes optar por autobuses eléctricos o tranvías.
Se ha ganado la reputación de ser «la ciudad más sociable del mundo», según una encuesta de Hostelworld, lo que significa que la gente es amable y acogedora, y siempre hay algo en lo que puedes involucrarte. Hay una gran cantidad de restaurantes de excelente calidad y bares para disfrutar de una comida deliciosa y por un precio económico, y, al igual que en Hannover, es una ciudad llena de espacios verdes y arte.
Sorprendentemente, su distrito más conocido, Haga, fue casi demolido en la década de 1970, lo que hubiera sido un desastre. Hoy, su conjunto de calles empedradas rodeadas de casas de madera del siglo XIX es el centro de la regeneración urbana y la juventud en la ciudad. Las cafeterías y espacios dedicados al arte se ubican en lugares con techos formados con vigas de madera o en almacenes de ladrillos rojos.
Si estás buscando un lugar donde dejar la cafeína, puedes optar por un viaje en tranvía de 30 minutos que te llevará a Saltholmen, una península al oeste donde puedes pasear, nadar o simplemente relajarte en las rocas, mirando al mar.
El sitio perfecto para una taza de té y un pedazo de tarta – Harrogate, Inglaterra
Nuestra última elección, como Knoxville, no es un destino conocido, pero debería serlo. Forma uno de los vértices del triángulo con la antigua y noble ciudad de York al este, y la zona de estudiantes de Leeds al sur y sus inicios se remontan a los siglos XVII y XVIII en los que era una ciudad balneario y atraía a la élite y la realeza de toda Europa. Sus aguas fueron consideradas como un tratamiento excelente para ciertas enfermedades y hoy el Harrogate Pump Room alberga un museo en referencia a este período de la historia de la ciudad.
Desde 2013, las encuestas han dado por ganadora a la ciudad de Harrogate, por ser el lugar más feliz de Gran Bretaña para vivir. ¿Sabes por qué? Es una ciudad llena de antigüedades y sitios para tomar el té; de balnearios y sinfonías; de zonas verdes… Después de pasar una mañana buscando gangas en sus tiendas de antigüedades y de segunda mano, puedes relajarte en un spa turco. Puedes pasar el día en el castillo de Ripley, que tiene 700 años a sus espaldas y que se encuentra justo al norte de la ciudad. Puedes visitarlo con guías que te mostrarán un lugar que tiene todos los clichés de la típica casa inglesa, incluidos pasajes secretos, un escondite perfecto para un sacerdote o para guardar imponentes armaduras.
No puedes olvidarte de visitar Betty’s Tea Room. Es el lugar perfecto para tomar una taza de té y un pedazo de tarta. Es un poco caro, pero vale la pena hacerlo al menos una vez. Quizá este no es tu plan preferido, pero es innegable que la ciudad tiene una excelente reputación por su gastronomía; el moderno barrio de Montpelier cuenta con excelentes restaurantes y cafés; en ciertos lugares como Major Tom’s Social tienen cervezas artesanales y pizzas caseras cocinadas en su horno de leña, mientras que en Deano’s Graze and Grill, cada comensal elige una serie de platos para picotear y se les sirven aleatoriamente varias veces a lo largo de su comida principal. Es un plan relajado, curioso y muy interesante. Al igual que Harrogate, de hecho.