¿Tienes un minuto? Desde el meridiano de Greenwich hasta la línea internacional de cambio de fecha y vuelta a empezar, estas son algunas de las curiosidades más sorprendentes de las zonas horarias del planeta.
Oh, el tiempo. Domina completamente nuestras vidas, y aun así parece que nos falta. Aunque todos los días tienen 24 horas, en el mundo hay 38 zonas horarias definidas a partir del «tiempo universal coordinado» (UTC, por sus siglas en inglés), y a cada país le corresponde elegir la que se alinea con su situación geográfica. Algunas de esas zonas son evidentes y sensatas, pero otras resultan ciertamente estrambóticas y funcionan totalmente en contra de lo esperable. Solo por diversión, vamos a descubrir cinco de las rarezas más llamativas de los husos horarios.
El mosaico de Arizona
Arizona es el único estado continental de los Estados Unidos que ha preferido no aplicar el horario de verano: desde 1968, sigue la hora UTC-7 todo el año. La razón para ello es que en Arizona hace mucho calor, y adelantar los relojes en verano haría que las noches fueran aún más cálidas e incómodas. Se puede entender.
Sin embargo, en Arizona también hay reservas de nativos norteamericanos. Y una de ellas, la Nación Navajo del extremo noreste del estado, sí observa el horario de verano para adaptarse a las zonas de la reserva que se extienden por los estados colindantes de Utah y Nuevo México. Por lo tanto, ese territorio de unos 71 000 km² vive una hora por delante del resto de Arizona durante el verano.
Pero la cosa no acaba ahí. La Reserva Hopi, compuesta por dos enclaves situados dentro de la Nación Navajo, se rige por el horario de Arizona y tampoco adopta el horario de verano. Y, a su vez, hay un pequeño exclave Navajo en la parte este de la Reserva Hopi que… efectivamente, observa el horario de verano de acuerdo con el resto de la Nación Navajo. Si en esa época del año hicieras un viaje por carretera a través de estas reservas y sus enclaves y exclaves, tendrías que adelantar y atrasar el reloj un total de seis veces.
En Gold Coast, el Año Nuevo vale por dos
La ciudad de Gold Coast se encuentra en la punta sureste de Queensland, un estado de Australia que ha decidido no seguir el horario de verano. Incluye un suburbio llamado Coolangatta que está pegado a la localidad de Tweed Heads, y se puede decir que todas estas comunidades forman parte de una gran área metropolitana. La cuestión es que Tweed Heads ya cae al otro lado de la frontera con el estado de Nueva Gales del Sur, que (has vuelto a adivinar) sí va con el horario de verano.
De hecho, la línea que separa a Queensland y Nueva Gales del Sur divide el aeropuerto de Gold Coast casi exactamente por la mitad, pista incluida. Sobre el papel, los vuelos programados en los meses de verano salen de la terminal en una zona horaria y despegan ya desde otra. Pero, en la práctica (y con buen criterio), el aeropuerto ha optado por operar exclusivamente según el horario de Queensland.
Si tienes una filia especial por las fiestas de Año Nuevo, Gold Coast será el destino de tus sueños. Puedes celebrar la entrada del año en Tweed Heads e, inmediatamente después, dirigirte al centro de la ciudad para volver a plantarte «cinco minutos antes de la cuenta atrás» solo una hora más tarde.
La política china de hora única
A algunos países les encanta diseccionarse en tantas zonas horarias y normas de adaptación del tiempo como les sea posible. Bien, ese no es el caso de China. Teniendo en cuenta la extensión de su territorio y la curvatura de la Tierra, China debería operar en cinco husos horarios distintos. Sin embargo, el país ha ido a lo fácil y se rige por el horario UTC+8 (la hora solar natural en Beijing) en todas partes y durante todo el año.
Por supuesto, las consecuencias de esta decisión no son tan simples. El horario de trabajo en el oeste de China empieza más tarde, ya que allí el sol no suele salir hasta las 10:00. La demarcación de Xinjiang, la región autónoma más occidental del país, tiene su propia zona horaria extraoficial (UTC+6). Sin embargo, en general solo la sigue el grupo étnico uigur, que representa un 50 % de la población de Xinjiang. El resultado es la coexistencia de dos horas diferentes para sendas comunidades en una misma sociedad, y ya te puedes imaginar el nivel de confusión que esto debe de provocar. No entraremos en un debate filosófico, pero en Xinjiang sí se puede decir que el tiempo es relativo.
Hora de Europa «Central»
De acuerdo con la hora solar, España, Andorra, Francia, Mónaco, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos deberían compartir el horario UTC con el Reino Unido, Irlanda y Portugal, también enmarcados en la Europa Occidental. Pero no: van con una hora de adelanto y siguen el horario UTC+1, la «hora de Europa Central» (CET).
Y detrás de esto hay una razón más o menos pragmática. Durante la Segunda Guerra Mundial, los relojes de estos países se adelantaron una hora para coincidir con el tiempo de Alemania, y el asunto es tan sencillo como que nunca retrocedieron. Así, el horario CET acabó abarcando una extensión muy amplia con algunos territorios que jamás colarían como «centroeuropeos» bajo ningún punto de vista.
Estamos hablando de una distancia superior a 42 grados desde el lugar más occidental de la España peninsular hasta la punta este de Svalbard (Noruega), casi el triple de la superficie que abarca una zona horaria solar natural. Obviamente, no todos los países que quedan dentro de esta área operan en horario CET, pero, para los que están situados en los extremos, el sol puede salir y ponerse a horas muy extrañas. Por ejemplo: en los días más cortos del invierno, el sol no aparece por Galicia hasta pasadas las 9:00 y no se pone antes de las 18:00 horas. Aunque nueve horas de luz diurna son un período relativamente manejable para el hemisferio norte en diciembre, tampoco es muy deseable que el sol salga cuando la mañana ya casi se les ha escurrido a los gallegos.
Los confines (¿o los comienzos?) de la Tierra
La línea internacional de cambio de fecha es un límite imaginario en el océano Pacífico que separa dos días de calendario consecutivos. La teoría dice que las zonas horarias inmediatamente situadas a ambos lados de esta línea son UTC-12 y UTC+12. Pero, claro: contra toda lógica, el tema no funciona exactamente así.
Fijémonos en Samoa. Esta nación insular, perteneciente al hemisferio oeste en términos solares, siguió el horario UTC-11 hasta el 2011. Ese fue el momento en el que el país se saltó el día 30 de diciembre entero, ya que la línea de cambio de fecha se movió hacia el «este» para acercar el tiempo de Samoa al de Australia y Nueva Zelanda por motivos económicos. Y eso dejó a Samoa con el horario UTC+13 (sí, surrealista). La vecina Samoa Americana se quedó al otro lado de la línea, y ahora estos dos territorios están separados por 24 horas a pesar de que se encuentran a solo 150 kilómetros de distancia.
Si te parece que en Samoa tiraron por la calle de en medio con el horario UTC+13, en Kiribati fueron aún más lejos, porque hay una zona del país que opera en UTC+14. Con esta medida, en Kiribati celebran el Año Nuevo antes que nadie en el mundo. Y esto también implica que, aunque sea por un breve lapso, cada 24 horas se solapan tres días de calendario: cuando es la medianoche del miércoles en el este de Kiribati, son las 11:00 del martes en Europa Central y las 23:00 del lunes en Samoa Americana. No sé a ti, pero a mí ya me está dando jet lag solo de pensar en todo esto…
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