Los 10 mejores destinos a los que viajar en 2023

Inspiración para viajes


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Te contamos cuáles son los mejores lugares para viajar en Europa, América, Asia y el resto del mundo en 2023. Tenemos de todo: destinos por descubrir, clásicos turísticos, aventuras emocionantes y escapadas urbanas. Sean cuales sean tus gustos o tu presupuesto, estamos seguros de que hay algo para ti

Hemos estado analizando los datos de búsquedas en Kiwi.com, ¡y resulta que mucha gente ya está empezando a planificar sus aventuras para 2023! Cada vez hay más búsquedas a destinos como Barcelona (casi 2 millones), Los Ángeles (más de 2 millones), Londres y París (más de 3 millones) y Bangkok (más de 6 millones).

Todos son lugares fantásticos para unas vacaciones y haces bien en tenerlos en tu lista de destinos pendientes. ¡Pero el mundo es muy grande! Por eso, te traemos algunas recomendaciones de otros rincones del planeta. Hemos elegido algunos de nuestros países, regiones, ciudades, trayectos y proyectos favoritos para inspirarte con ideas tan variopintas como ir de senderismo a Canadá, visitar una lonja en Corea, hacer un viaje romántico con alguien especial, participar en un proyecto de conservación, conocer a fondo una ciudad o embarcarte en un apasionante road trip. ¡Ah! Y recuerda que enero es uno de los momentos del año en los que más baratos son los vuelos. Reserva cuanto antes, ahórrate un buen pellizco y empieza el 2023 con una ilusión más.

Francia oriental

Place Stanislas in Nancy — Getty ImagesLa plaza Stanislas en Nancy tiene un aire a Versalles, pero en miniatura — Getty Images

Cuando la gente piensa en Francia, suelen aparecer por su mente imágenes de París, la Costa Azul, las playas y los viñedos de la zona suroeste del país o, como mucho, alguna zona de montaña. Sin embargo, la zona más oriental del país suele pasar desapercibida. ¡Craso error!

Para empezar, tenemos Estrasburgo, con sus preciosas casitas con vigas de madera, paseos junto a los canales y una enorme catedral sorprendentemente torcida. Por su parte, Besançon es un compacto entramado de robustas casas del siglo XVIII arremolinadas en una curva del río Doubs. Y también está Nancy, que parece una versión en miniatura de París, con su estilo art nouveau, sus bulevares y sus palacios que aportan un toque de elegancia y refinamiento a toda la región.

También es una región un poco distinta desde el punto de vista cultural, ya que está en una interesante encrucijada entre Francia, Luxemburgo, Suiza y Alemania. El Parque Natural Regional de los Vosgos del Norte también es una interesante parada por la zona en la que disfrutar de bosques y humedales repletos de ruinas medievales y pequeñas aldeas. En resumidas cuentas, es una región fabulosa que rara vez recibe los elogios que merece. ¡Quién sabe si 2023 le depara un poco más de éxito!

Trenes nocturnos (Europa, varias rutas)

Prague Main Train Station at night — Getty ImagesSúbete en un tren nocturno y abre los ojos en un lugar completamente nuevo — Getty Images

Una de las maravillas de estar en un continente bien conectado es lo fácil que resulta cruzar fronteras y visitar ciudades distintas. Viajar por Europa te permite visitar paisajes muy distintos: bicicletas y canales en el norte, callejuelas con tejados rojos en el centro, y relax en la playa al sur. Y ahora es más fácil que nunca gracias a la red de trenes nocturnos que recorren el continente de cabo a rabo. Esta es una manera fantástica de viajar: sales de una ciudad por la noche con una buena cena entre pecho y espalda, te duermes como un tronco en el tren, y te despiertas con ganas de ampliar tus horizontes en un nuevo destino al amanecer.

Lo bueno de esta idea es que hay un montón de opciones (todas requieren reserva, tanto para viajar en asiento como en una cama), y todas conectan lugares tan accesibles como evocadores. El EuroNight Metropol conecta Praga y Budapest; el Berlin Night Express te lleva desde la capital alemana hasta Estocolmo; el Intercités de Nuit te transporta de París a Toulouse, Latour de Carol o la frontera con España, o con Briançon en los Alpes, y el Hellas Express une Belgrado y Tesalónica.

Esto no es más que una selección, claro, porque hay infinidad de opciones más. Así, en lugar de volar a un destino y tener que volver para coger el vuelo de vuelta, puedes reservar un vuelo solo de ida en Kiwi.com, cruzarte el continente en tren y volver a casa desde la otra punta de Europa.

Trinidad y Tobago

Scarlet ibis — Getty ImagesEl ibis escarlata es una de las dos aves nacionales de Trinidad y Tobago — Getty Images

Este país insular está compuesto por dos islas: Trinidad es la grande y Tobago, la pequeña. Se encuentra junto a la costa de Venezuela, y uno de sus principales motivos de orgullo nacional son sus proyectos de conservación. Todos los años, las numerosas organizaciones que existen en las islas necesitan voluntarios para colaborar con sus actividades, como medir y catalogar la actividad de las tortugas laúd o ayudar a construir nuevos hospitales para la recuperación de la fauna. 

La organización sin ánimo de lucro Nature Seekers es un buen punto de partida. Desde unos 500 $, entre abril y agosto puedes pasar a formar parte de su equipo, comprender y documentar la conducta de las tortugas y sus nidos (¡unos 20.000 cada año!), y patrullar las playas por la noche para que no les pase nada a estos simpáticos reptiles. Pero no todo va a ser trabajar: también hay tiempo libre para relajarte y explorar la isla durante el día. Este programa incluye también viajes a Caroni Swamp, un humedal protegido donde habitan cientos de especies de aves, incluido el ibis escarlata, uno de los símbolos del país.

Kosovo

View over Pristina at sunset — Getty ImagesPristina al atardecer — Getty Images

El país más joven de Europa está convirtiéndose poco a poco en un destino turístico. En 2023 se cumplen 15 años desde su declaración de independencia unilateral de Serbia, así que quizás sea un buen momento para visitar este precioso rinconcito de los Balcanes. La capital, Pristina, quizás no sea la ciudad más atractiva del mundo, pero su animado ambiente y su céntrica ubicación la convierten en el contexto ideal para codearse con la gente local, visitar sus excelentes museos para aprender sobre la compleja historia de la ciudad y la región, y utilizarla como base de operaciones para explorar el resto del país. El centro de Pristina es bastante moderno, y las montañas que la rodean son ideales para contemplar la ciudad desde lo alto, con sus torres y minaretes, desde los que resuena la llamada a la oración que se pierde fantasmagóricamente entre los árboles.

Es un país ideal si lo que te gusta es estar al aire libre. En la zona occidental, te encontrarás con las llamadas «montañas malditas», una imponente cordillera con escarpadas cumbres de roca que imponen tanto como su nombre. Es un lugar hermoso, lleno de bosques, cascadas, praderas y lagos al pie de extensos valles. También es uno de los cuatro parques nacionales de la región; los otros tres se encuentran en Albania, Montenegro y un trocito de Serbia. Se está planeando la creación de un parque nacional triestatal entre Albania, Montenegro y Kosovo. La idea es llamarlo Parque de la Paz de los Balcanes, un gesto bastante positivo y esperanzador si tenemos en cuenta la convulsa historia de la zona, que todavía levanta ampollas entre algunas partes de la población.

Pacífico Noroeste, EE. UU.

Hiker in the mountains in Oregon — Getty ImagesEl estado de Oregón ofrece paisajes asombrosos — Getty Images

Vale, no tiene la vidilla de una gran ciudad como Nueva York, en la costa este, y tampoco la calidez y el glamour de California, al sur, pero el Pacífico Noroeste (o Pacific Northwest) bien merece una visita. Los estados de Oregón, Washington y el sur de Columbia Británica en Canadá conforman este bello pedacito del mundo. Aunque tiene fama de ser una zona lluviosa, y con razón, tanto las ciudades como los paisajes compensan el chubasquero.

Portland, la mayor ciudad de Oregón, es animada y artística. No es muy grande, pero sí lo suficiente como para que siempre haya entretenimientos. También es un buen punto de partida para visitar preciosas zonas naturales como el río Columbia y las playas del Pacífico. Seattle, a unas tres horas hacia el norte, tiene lugares icónicos como Pike Place y el Space Needle, y también algunas de las mejores fábricas de cerveza del país. Si tienes el visado necesario para entrar a Canadá, aprovecha para hacer una visita a los vecinos del norte y descubrir Vancouver, una agradable ciudad llena de verdor donde conviven un montón de lenguas y culturas, y con uno de los mejores panoramas gastronómicos de Norteamérica.

Morelia, México

Morelia Cathedral at sunset — Getty Images¿A que no te esperabas una fiesta dentro de la catedral de Morelia? — Getty Images

¿Una ciudad hecha de piedra rosa? Pues sí, ¡eso parece! Más de 200 edificios históricos de la ciudad están construidos en piedra con un ligero tono rosáceo de origen local, lo que aporta a la ciudad un aspecto delicado y un poquitín surrealista. Sin embargo, las rarezas no acaban aquí: quizás repares también (o no) en que no hay zócalo (o plaza mayor), y es que esta es la única ciudad colonial de todo México que no la tiene. Esto no significa que a la ciudad le falten lugares icónicos o céntricos. La catedral barroca del siglo XVIII es una de las más hermosas del país, y los sábados se alumbra con focos y fuegos artificiales mientras la gente local se reúne al ritmo de la música para celebrar… Bueno, ¡para celebrar la vida en general!

Lo mejor para ubicarte es darte una vuelta en el Tranvía (el bus turístico de la ciudad) que sale de la plaza de Armas. Puedes subir y bajar en distintas paradas para conocer más a fondo las principales atracciones de la ciudad, incluido el impresionante acueducto del siglo XVII (con 253 arcos) que todavía transporta el agua a la ciudad.

Y, como estamos en México, no puede faltar alguna tentación gastronómica para poner la guinda al pastel. Morelia es el paraíso mexicano de los golosos, así que no te puedes perder el Museo del Dulce para ver cómo fabrican algunas de las exquisiteces más famosas de la ciudad (¡y pegarles un bocado!). Luego, acércate al Mercado de Dulces y Artesanía, dedicado exclusivamente a estos productos, para llevarte un regalito para el camino de vuelta. ¡A nadie le amarga un dulce!

Senegal

Beach on the island of Gorée — Getty ImagesGorea, una isla pequeñita sin coches junto a la costa de Dakar, la capital de Senegal — Getty Images

Senegal también se conoce como «tierra de teranga», pero ¿qué significa «teranga»? Es una palabra en wólof que significa, de manera muy general, «hospitalidad», pero también define la esencia más auténtica del país. Engloba el concepto de generosidad (no solo material, sino espiritual), el sentimiento de pertenencia a una comunidad y la idea de que no existe «el otro». Como explicó el historiador senegalés Dr. Ibra Sene a la BBC, significa que «siendo generosos con los demás, sin importar su nacionalidad, religión o clase, todo el mundo acaba sintiéndose seguro y bienvenido […] y estarías dispuesto a tratar a los demás como miembros de tu propia familia».

Si no te suena a sitio acogedor, ¡no sé qué más pides! Además, el país es como una postal de los grandes símbolos de África (si es que algo así es posible): extensos desiertos de arena al norte, manglares y ciénagas, sabana tropical, grandes ciudades llenas de vida y playas junto a pueblecitos pesqueros con casas de madera. Si tienes pasaporte de la UE o del Reino Unido, también es un buen lugar para cruzar la frontera con Gambia. Se trata de un estrecho país que gira en torno a su río, del mismo nombre, uno de los principales destinos para embarcarse en un viaje fluvial para ver la fauna local. Qué, ¿te animas a conocer dos países africanos en un mismo viaje? Pues ya tienes una nueva aventura para añadir a tu lista.

Isla del Príncipe Eduardo, Canadá

Beach at sunset on Prince Edward Island — Getty Images¿Tienes en mente un viaje a Canadá? No te pierdas la Isla del Príncipe Eduardo — Getty Images

Las amplias llanuras e imponentes montañas de Canadá son un verdadero imán para los espíritus intrépidos de todo el mundo, así que la Isla del Príncipe Eduardo a menudo pasa desapercibida. Sin embargo, en una superficie muy pequeña puedes sumergirte en la verdadera esencia del país: acantilados, playas, bosques, ciudades, pueblos, praderas y… bueno, 27 campos de golf. Además, recientemente se ha inaugurado el Island Walk, un sendero de 700 kilómetros que da la vuelta a la isla.

Recorrerlo entero llevaría algo más de un mes, pero puedes elegir un trocito para dedicarte en cuerpo y alma a la Canadá más auténtica durante el tiempo que quieras. El sendero es bastante sencillo en general, así que hacerte unos 19-24 kilómetros al día es factible. La isla es bastante pequeña, así que nunca estarás lejos de un cómodo alojamiento o algún sitio donde parar a comer o beber algo y recargar las pilas. Muchos de los pueblos tienen agradables restaurantes frente al mar, y la capital de la provincia, Charlottetown, alberga un montón de gastrobares y locales de picoteo. Si quieres hincarle el diente a Canadá y no sabes por dónde empezar, esta es una carta de presentación más que digna.

Busan, Corea del Sur

Gamcheon Culture Village — Getty ImagesLa colorida aldea cultural de Gamcheon — Getty Images

La segunda mayor ciudad de Corea del Sur es una confusa amalgama de industrias, estudiantes, ruidos y olores, pero también de templos, montañas, playas y bosques. A la gente local le encanta lo diferente que es de Seúl y aceptan sin rechistar el caos controlado en el que habitan. No solo eso, sino que se esfuerzan por convencer a los visitantes de que su localidad es mucho mejor que la capital coreana. Razones no les faltan, la verdad: hay festivales todo el año, una exquisita gastronomía y vida nocturna de todo tipo (desde música clásica hasta bares de toda la vida). Con este abanico de diversiones, no cuesta mucho entender por qué a los «busanitas» les gusta tanto su propio universo.

No te puedes perder la lonja de Jagalchi, aunque su propio olor ya te dará alguna pista de que anda cerca. Si te atreves a recorrer la planta baja y comprar algo, puedes llevarlo al piso de arriba para que te lo cocinen. Y si no, siempre puedes pillar una ración de atún rebozado en alguno de los puestecillos que hay fuera del recinto.

También es muy conocida la playa Haeundae, de unos 2,4 kilómetros, que frecuenta la gente local. Merece la pena la visita solo por decir que la has visto con tus propios ojos. Además, también tiene mucha vida por la noche gracias a sus bares de playa donde reina el hip-hop hasta alta horas de la madrugada. Aunque, si prefieres algo un poco más acogedor y barato, puedes acercarte a las dos zonas universitarias que hay por la zona.

Durante el día la aldea cultural de Gamcheon merece una visita. Se trata de un pueblo construido para los refugiados de la guerra de Corea y que ahora alberga una colonia de artistas. El templo Haedong Yonggungsa también es una maravilla, aunque tendrás que ir pronto si quieres adelantarte a las hordas de visitantes que pululan a su alrededor durante el resto del día. Eso es lo que pasa con Busan: que a la gente le gusta mucho, pero mucho.

La costa de Uruguay

Tourist in front of Montevideo sign by the beach — Getty ImagesMontevideo es una gran ciudad de playa — Getty Images

El litoral uruguayo no es especialmente extenso (unos 480 kilómetros), pero tanto la zona frente al río de la Plata como la que da al Atlántico ofrecen algunas de las mejores playas de Sudamérica. La mayoría de la población uruguaya vive cerca de la costa, así que la vida de playa forma parte de la cultura del país. Esto significa que recorrer el país de playa en playa es bastante sencillo, ya que la mayoría de las localidades costeras tienen excelentes conexiones en autobús.

En la capital, Montevideo, tienes playas a lo largo de toda la avenida que recorre su costa, con nada menos que 20 kilómetros de largo. Playa Pocitos es la playa más popular de todas, muy cercana a las zonas residenciales, por lo que ya es un escenario muy cotidiano de la vida local. Playa Ramírez, a menos de 2 kilómetros hacia el oeste, es más pequeña y tranquila, y está cerca de un parque. Así que ahí tienes las dos opciones por antonomasia: vidilla o relax. ¡Tú decides!

Avanzando hacia el este por la costa llegarás a Punta del Este, un resort de playa donde reina el lujo costero para quienes les gusta disfrutar del mar con todas las comodidades. Si esto no te llama mucho, sigue avanzando hasta llegar a Punta del Diablo, una pequeña localidad con mucho encanto y muy animada durante la temporada alta. Descubre sus casitas de pescadores, una pequeña escuela y una ristra de tiendas bohemias donde comprar artesanía local. Si se te ha hecho corto, puedes ampliar el viaje añadiendo un par de países más. Argentina está en un extremo y Brasil en el otro. ¿Continuamos la aventura?

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